Este espacio lleva por nombre Profesor
Eugenio de Jesús Marcano
En el Museo de Historia Natural los visitantes pueden aprender sobre la vida marina de la isla. Fotos cortesía: Edward Roustand. |
Los museos son espacios en los que se puede conocer
y admirar aspectos de la historia, el arte y la cultura de la humanidad. También
son espacios que se pueden destinar para conservar y exponer al público
colecciones de piezas u obras determinadas relacionadas con la naturaleza;
animales naturalizados, ceras anatómicas, esqueletos, colecciones de plantas en
herbarios, aparatos científicos o dibujos naturalistas, entre otras cosas.
Estos museos, como el de Historia Natural, tienen como característica diferenciadora
de los demás, su función como centros de investigación, algo que muchos
desconocen.
Para exponer las especies al público y ofrecer detalles sobre las mismas, un
equipo de profesionales trabaja en laboratorios donde técnicos especializados
en conservación junto a investigadores trabajan para acondicionar las distintas
muestras para exhibirlas.
También realizan trabajos de campo para conocer cómo fueron o son dichas
especies en su hábitat natural.
En la República Dominicana, el lugar destinado a mostrar la riqueza natural del
país es el Museo de Historia Natural Profesor Eugenio de Jesús Marcano, el cual
fue construido en el 1974, pero no fue hasta la década de los 80 que abrió sus
puertas al público. Este museo fue concebido como una institución estatal
dedicada a la investigación científica sobre la diversidad biológica de la
Hispaniola y la región del Caribe, así como a la educación y divulgación
ambiental.
El Museo de Historia Natural Profesor Eugenio de
Jesús Marcano ofrece a sus visitantes la oportunidad de maravillarse ante la
inmensidad del Cosmos y sus secretos; descubrir la dinámica interior del
planeta Tierra, introducirse en el conocimiento de la biodiversidad y su
historia de cientos de millones de años. Al recorrer las salas del museo, los
visitantes conocen los principales ecosistemas de la República Dominicana, sus
recursos naturales, su fauna y su flora.
Quienes suelen visitar este espacio, durante la semana, son estudiantes, tanto
de nivel básico como de nivel superior, mientras que los fines de semana el
museo se convierte en un lugar familiar, a donde padres e hijos van a compartir
la experiencia de aprender juntos. Lamentablemente, los turistas no son el
segmento más importante entre los visitantes, probablemente debido a que el turismo
en República Dominicana no está tan enfocado a la ciudad capital, según comenta
Celeste Mir, directora del museo.
Destacó que probablemente el mayor atractivo del museo lo constituyen los
emblemáticos esqueletos de ballena que exhiben en la Sala de los Gigantes
Marinos, las cuales impresionan a los visitantes por su enorme tamaño.
También llama la atención el espectáculo del Planetario en la Sala del
Universo, que nos traslada al misterioso cosmos y los dioramas de la Sala de la
Ecología, exquisita combinación de ciencia y arte que muestran los paisajes
naturales de la República Dominicana.
Retos a superar
A pesar de todo lo que tiene para ofrecer, como toda institución, la
administración del Museo de Historia Natural Profesor Eugenio de Jesús Marcano
también tiene que superar algunos retos. Según su directora, uno de los
desafíos es promover más el interés de los dominicanos por los museos.
“Somos un país con mucha historia y una naturaleza única e impresionante. El
Museo Nacional de Historia Natural nos acerca a nuestra biodiversidad y a
nuestro patrimonio natural. Nuestro principal reto es posicionarnos cada día
más como una institución que descansa sobre tres pilares: la investigación
científica, la conservación de la biodiversidad y la educación de la sociedad”,
dice Mir.
Para lograr tal cometido, refiere que están trabajando en varios proyectos. “En
el aspecto museográfico, estamos trabajando en una nueva sala que estará
dedicada a la Historia de la Vida. En el aspecto de investigación científica,
estamos realizando inventarios de fauna de distintas zonas ecológicamente
importantes para apoyar la toma de decisiones y el manejo de estas áreas”.
La Sala de las Aves lleva el nombre de la ornitóloga Annabelle Stockton de Dod, la cual cuenta con seis exhibiciones y 131 pieles de aves. Fotos cortesía; Edward Roustand. |
Otros planes son el mejoramiento de la base de datos de la colección científica
en el sentido de su difusión y de la incorporación de imágenes asociadas a las
especies.
El recorrido abarca las siete salas que conforman el museo: (Sala de los
Gigantes Marinos “Amaury Villalba”; Sala del universo (incluye el Planetario y
el programa “View Space”; Sala de la Tierra, Sala de Rocas y Minerales, Sala de
Ecología “Profesor Julio Cicero”, Sala de las aves “Annabelle Stockton de Dod”
y la Sala de biogeografía).
Pero los visitantes también pueden disfrutar de las exhibiciones
separadas: Buche inolvidable, profesor Eugenio de Jesús Marcano, los fósiles,
el ámbar, los tiburones, los insectos, animales vivos: arácnidos y animales
vivos: boas. Para conocer más sobre la temática del museo, Celeste Mir comenta que cuentan
con programas pedagógicos, tanto las escuelas como para las universidades.
“Con estos programas buscamos armonizar las informaciones que ofrece el
recorrido del museo con temas de los programas educativos, de manera que la
visita al museo no sea considerada un paseo escolar, sino una visita educativa
que permite reforzar áreas de conocimientos e implementar metodologías
pedagógicas fuera del aula de clase, motivando a la conservación de recursos
naturales”, dice Mir.
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